9.12.07

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No sé los días que estuve, pero sólo sé que reuní 15 duros, y me figuraba que era rico; con que ya teníamos preparado con mi tío Santiago que iríamos a Barcelona al terminar, y así fue. Fuimos a parar en casa de unos amigos de mi tío, llamados de la Serosa, y al día siguiente fui en busca de mi primo Antonio Estruga, que ya me había invitado varias veces. Aquella noche me llevó a la Criolla, y allí me enseñó lo que eran los maricas, cosa que ignoraba por completo. Veía cómo bailaban, y él me decía: "¿Ves aquel? Pues es marica. Es macho." Pero francamente tengo que manifestar que era un ignorante.

Después vino la mili. Fuimos ocho del primer reemplazo, e íbamos todos en cuadrilla. Y me di cuenta que, aunque me consideraba ignorante, veía que los demás eran peores que yo. Me daba la impresión que parecíamos una manada de borregos. Estuvimos una semana en Zaragoza, y entre familiares y amigos, había reunido 250 pts. Y cada día nos teníamos que presentar en Capitanía en la Arrabal, y nos daban dos pesetas para la manutención, y pagábamos ocho de comer y dormir.

Por fin me destinan a Huesca; llegamos a las 11 de la noche; con que nos pusieron en una hilera y nos dijeron: "¡Los que sepan leer, que den un paso al frente!". Y de cerca de quinientos, no pasarían más de 150.