23.3.08

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Así estuvimos unos tres días, y por último se presentó. Nos dieron fiesta, pero a mí y a otro nos llamaron para si queríamos ir a ayudar a la cocinera, que subió antes para preparar el terreno. Era una señora muy simpática. Nos decía que, mucha preparación, pero que el Caudillo casi no la cataría.
Se dispuso toda la preparación para hacer la comida en campaña. Me pidió la opinión para el sistema de preparación. Yo le indiqué que en la mili hacíamos un pequeño pozo de unos 25 cm. de hondo por 45 cm. de diámetro de circunferencia, con una zanqueta para introducir la leña, con cuatro piedras para el sostén de la paellera. Y se podía hacer en el suelo de la mezquita, que aún no estaba terminada. Así que dispuso cuatro fuegos, dos para las paelleras del arroz, una para un guiso (no recuerdo qué), y otro para las tostadas de Santa Teresa, que eran la debilidad del Caudillo, según nos dijo la cocinera. Soltó: "Lo que comerá él, no cabría en el cuenco de una mano, pero toda esta gente que lo rodean son como buitres. Verán a la hora de la comida cómo se tiran como lobos hambrientos". Hizo referencia que él no era malo, pero que todos los que le rodeaban eran malas personas y sin escrúpulos.



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Foto: El dictador Francisco Franco y su comitiva, visitando el Valle de los Caídos.