17.12.07

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Yo no hacía más que apoyar las versiones de Manolo, que nunca podía ponerme a su altura en ningún concepto. Incluso una vez terminada la entrevista convenimos que nunca haríamos mención de tal asunto. Pero me enteré que en el pueblo había algunos que lo sabían, pero mal informados. Si aquella lista hubiera llegado a las manos de aquellos desalmados, las consecuencias habrían sido fatales para el pueblo.

La disolución de la Brigada de la Muerte vino a consecuencia de un caso muy curioso, en Caspe. Resulta que en el Teatro Goya organizaron un mitin para las 8 de la tarde -no recuerdo el nombre del orador, pero siempre he recordado el tema-. Se titulaba "La Araña Negra", y versaba sobre las cualidades del cura en el confesionario; un macho poco trabajado, bien comido, muy preparado inteligentemente, recibía a la hembra en la oscuridad, recibiendo el aliento bien perfumado, tocándole la boca, con las manos cogidas y suaves de los masajes, las ropas suaves y limpias, frases preparadas de antemano, y las mujeres ingenuas, y algunas veces intencionadas, no podían resistir la tentación; y viene que confunden la fe con el sexo, y caen en la trampa de la que no pueden deshacerse.