14.3.08

107.- Traslado a la cárcel de Yeserías

Así que a la madrugada llegamos a Ciudad Real. La cárcel estaba lo menos a tres kilómetros de la estación. Una cárcel con un sistema de paridera; un patio en el centro de unos 12 metros de ancho por otros 12 de largo, con tres departamentos, que era donde dormíamos. Tenía una capacidad de una treintena, y llegamos a estar cerca de trescientos, de todas las especies, empezando por invertidos, criminales, ladrones, chorizos y demás. Sólo había un váter, que dormíamos al lado, por la recomendación que nos había dado Juanel ("el Cabo, un preso común, os tendrá alguna consideración"), y nos puso a su lado, protegiéndonos de la avalancha de depravados que lo invadían todo. No estuvimos mucho tiempo, pero los días se hacían interminables.
Así, un día, inesperadamente, formaron una expedición de un centenar y nos mandaron para Yeserías, que era la Cárcel Hospital, considerada la más moderna.
Cuando llegamos a la estación de Madrid, nos metieron a toda la formación en la sala de espera, pero así como entraba la gente, que era continuamente, quedaba parada, al ver la formación tan rara, con traje de penados. De modo que, al ver que llamábamos la atención de todos, nos hicieron salir, y nos trasladaron detrás de la estación, y así no nos veía nadie. A pesar de que no estaba muy lejos, no se atrevieron a trasladarnos a pie, por no llamar la atención de medio Madrid y mezclarnos con el personal.
Por fin, vino el camión, y nos hicieron montar los pocos que íbamos a Yeserías, y el resto los trasladaron a Carabanchel Prisión Provincial.