Había tres jefes de servicios: si estaba Valdivieso, decían estar en "República"; si estaba Simeón, en "Monarquía"; y si estaba 'el Manchas', que formaba equipo con el oficial Pineda y los funcionarios 'la Vaca Roya'-que pegaba hasta que se le caía al suelo la gorra-, y 'Pedro el Cruel', que siempre inventaba algo para meterse con los presos, se tildaba de "Fascismo". Decían de Pedro el Cruel que la República no lo fusiló porque era muy joven y le tuvieron lástima. Pero la bilis que tenía contra los políticos era inmensurable. Siempre nos miraba con ojos felinos y de traidor. Nunca habló con ningún político, de no ser para pegarle.
Una vez, según dijo, se paseaba por el patio de la enfermería, que quedaba por debajo del salón segundo. Las ventanas del salón estaban protegidas por una tela metálica, por la que el dedo meñique de un recién nacido no habría pasado. Y subió como una fiera, diciendo que habían atentado contra él. Pegó hasta que se cansó, nos hizo formar diciéndonos que estaríamos formados hasta que cayésemos de cansancio, si no delatábamos al que había atentado contra su vida.
Pero, por suerte, subió el jefe de servicios a ver lo que pasaba, le quitó importancia y nos hizo romper filas.