El correo lo hacía una tartana o berlina que hacía un viaje cada día. También llevaban pasajeros, como cuatro o cinco. Iban a ver montar a las mujeres, porque, al levantar la pierna al estribo, enseñaban el tobillo, y se hacían muchos comentarios. Al cartero lo llamaban "el Chef". Tenía un caballo de mediana edad y estatura, pero como el carro pesaba poco, iba tirando.
De la noche a la mañana vino una caravana de burricos blancos con su saria encima. Cada hombre llevaba cuatro o cinco burros recogiendo piedra por todas partes, y la descargaban a los lados de la carretera. Unas brigadas de picapedreros la picaban a destajo. Y en poco tiempo rellenaron la carretera de Fraga hasta Mequinenza.
Una vez terminada la carretera, apareció el primer coche de Correo, con ruedas macizas de goma. Lo llamaban "el Cochomóvil". Una especie de autocar que, con los mineros de la comarca, llevaba más encima que dentro.
La primera vez que llegó el coche fue una avalancha de gente a recibirle con gritos de júbilo y aclamaciones. Los más avispados del pueblo sacaron canciones del coche, las minas y algunas mozas.
Al poco tiempo emprendieron la carretera de Maella, pero ésta costó un poco más.
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