Otro caso muy chocante ocurrió allá en el año en que vino la República (yo tendría 17 años, y como era un bonifacio no me enteraba de nada). Resulta que había un secretario en el Ayuntamiento, que era amo y señor, y hacía lo que le daba la gana; y entonces vinieron las elecciones y entró un alcalde, que decía que tenía una "mano negra" y que limpiaría el Ayuntamiento. Pasó el tiempo, y todo seguía igual.
Los trabajadores que lo habían votado se cansaron de esperar las promesas que no venían, y un domingo se armó la marimorena. Resulta que en el campo de fútbol las Rías había un partido de rivalidad de peñas o forasteros. El caso es que estaba toda la juventud, y pasó un hombre de grupo en grupo, indicándonos que a las 7 fuéramos a la plaza del Ayuntamiento. Recuerdo que estaban mi tío José y toda la familia, que habían venido de Francia. Con que empezaron a dar gritos de "Fuera el alcalde y el Secretario", y estaba todo el pueblo en la plaza. Entonces se ve que algún chivato fue a buscar a la Guardia Civil, y se pusieron a la puerta del Ayuntamiento. Y fue tanto el griterío, que cargaron los fusiles, dispuestos a hacer fuego, y en un abrir y cerrar de ojos, no quedó nadie en la plaza, más que Estebe Cholina y otro que estaban detrás de ellos por si las moscas. Pero en la plaza no quedó nadie más que mi tío José, que increpaba a la gente diciendo: "¿Dónde están 'los collons' de los mequinenzanos, que tantas veces se habían demostrado?". Después dimitió y no pasó nada. Se hizo cargo de la alcaldía el segundo, que era José Fornos, del comercio de ropa.
Foto: Manolo Comas (izquierda) con su primo José Estruga (derecha), hacia 1927.
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