A los veinte días, nos sacaron del periodo, y al llegar al patio, nos hicieron las presentaciones. Allí estaban las primeras figuras de la CNT, como Juanel Sigfrido Català, un tal Canet, Manuel Morell, Isidro Guardia, Juan Sastre, que ya nos conocíamos de Zaragoza, y una cantidad innumerable.
También me presentaron a un Catedrático ya muy mayor, que era monárquico. Cuando le dijimos al Catedrático que éramos de Mequinenza, nos hizo referencia al Ebro. Dijo que, en la época de Primo de Rivera, estuvo en Caspe porque presentó un proyecto de hacerlo navegable desde el Cantábrico al Mediterráneo, que no se llevó a cabo por la muerte de Primo de Rivera. Dio la casualidad de que entonces yo, que era un crío, fui a Caspe con mis padres y mi hermano Antonio, que tenía dieciocho meses. También nos dijo que tenía correspondencia con el Papa y fray Daniel, que era el prelado de España, y que querían interceder para sacarlo de la cárcel; él decía que no, que quien lo había metido, que lo sacase. No llegué a enterarme por lo que estaba, pero dejó ver que era a consecuencia de desacuerdo con el régimen. Lo tenían destinado a la enfermería porque era muy mayor, y tenía poca salud.
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