Entonces lo trasladaron a Caspe, para que decidieran sobre él; pero cuando llegaron a los enllosados de Serafín, que había un bosque de pinos intransitable, le aplicaron la ley de fuga. Simularon que se escapaba. Entonces ya les quedó el campo libre al matar a Pablet, y al día siguiente, antes de amanecer, que ya los tenían en Capilla, bajó un piquete del Castillo, y a la primera descarga los mataron en la Batería, que era detrás del Cuartel de la Guardia Civil; pero entonces no había casas. La última casa del pueblo era la del Pacal, y, con el portal en que tenían el corral, quedaba cerrado el pueblo cuando se hacía de noche. En el Castillo había una guarnición militar, y lo tenían rodeado de cañones de gran alcance, del 15 1/2 y 7 1/2. También tenían muchos morteros. En las cordilleras de piedra, que eran varias, hacían guardia los centinelas, y cada cuarto de hora llamaban :"¡Centinela alerta...!".
El pueblo por aquel entonces, cuando hacían la última barcada, quedaba cerrado por todas partes; la entrada de Ribé, Ebro aguas arriba, que cerraba una muralla que bajaba del Castillo, aún hay vestigios o ruinas. Y el cementerio que había donde estaba la Cooperativa o la Fábrica de Regaliz. Por la otra parte, estaba el Roquisal con el Fortí, que aún se ven las paredes, que de allí dominaban toda la ribera del Segre.
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