6.12.07

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Aún existe la Cova, que es donde los veranos iba la gente a poner el agua a la fresca. La mayoría de los vecinos tenía un pequeño puesto en propiedad para poner el agua. La llevaban por la mañana, y a mediodía iban a buscarla. En verano corre un aire fresco muy agradable; al final, hay un pozo que sube para arriba, que, según los antepasados, comunicaba con el Pou de la Maneta, que está a la falda de la sierra del Castillo. Según versiones, trataban de infiltrarse por allí para el asalto, cosa que también les fue imposible; tanto la vertiente de la Sierra del Ebro como de la Plana estaban llenas de bombas sin explotar y cascos de metralla. Incluso en la Plana nuestra he encontrado muchas y de diversos tamaños.

Mequinenza ha sido una localidad que siempre ha sobresalido de los demás pueblos, en guerras y en modernismo; yo recuerdo vagamente cuando la Guerra del 14, yo era un crío, que por todas las casas del pueblo había 5 o 6 mineros que dormían en los pajares de todas las casas. Trabajaban toda la semana, y el domingo se iban a casa hasta el lunes, pero cuando llegó el 18 que se terminó la guerra, dió un bajón grande las minas, que quedaron reducidas a casi nada; mucha gente tuvo que marchar, particularmente gente joven, tanto hombres como mujeres. Algunos ya se afincaron allí y no han vuelto nunca más de no ser de visita; después, cuando la 2ª República, volvieron muchos y ya no se movieron jamás.

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